miércoles, 10 de octubre de 2007

Decadencia

En ese entonces no contaba con la madurez necesaria para hacer un análisis crítico y me sometí, como se someten tantos ante la experiencia de aquel soberbio que se atreve a hacerse notar. Me convertí en uno de sus siervos, una esclava del sistema de mentiras engendrado por esos miles poderosos que se alzan ante las multitudes, diciéndose defender y respetar nuestros derechos, que terminan solo siendo los suyos, los de ese grupo.
Años después comprendí el significado de la palabra oligarquía. Antes me costaba tanto diferenciar la palabra democracia de la palabra demagogia, pero ahora sé que la demagogia es, como él, quien logró imponerse ante alguien débil.
La dictadura era solo una palabra atroz para mis oídos, no un hecho, no una posibilidad. Era solo algo lejano que ocurrió en repetidas ocasiones, pero no, ahora no. Cómo podría ocurrir ahora, si somos un pueblo avanzado incapaz de caer en sus garras primitivas. Sin embargo, un haz de luz revelador lentamente fue preemitiéndonos ver claramente todas sus características reflejadas en este régimen al cual nos sometimos con una sonrisa en el rostro, delegando nuestras vidas a los depredadores del sistema.
Años han pasado desde que miles de manos inocentes tomaron una decisión que nos representa hasta hoy. La fuerte mayoría se impuso, pero, ¿contaba con la razón?. La minoría ahora reclama y quiere hacerse escuchar, y a esa minoría se suman también algunos de esos fuertes que hicieron valer su opinión en el momento preciso, y ahora se arrepienten.
Poco falta para remediar nuestro error. A 18 días de las elecciones nacionales muchos responden que todavía no saben a quien votar. Es difícil elegir entre los mismos rostros de siempre, esos que ya hemos comprobado que no son caras, sino crueles caretas con una sonrisa dibujada y que cuentan con las palabras precisas para hacernos caer, aunque dichas palabras no sean más que filosofía barata, falta de verdades.
Más que un consejo, sería una súplica, un llamado a la solidaridad, a la memoria. Este gobierno no es más que una obra de arte que nos quieren pintar para sofocar la realidad. Para opacar los desaparecidos, la inflación, el robo, y miles de carencias y atentados al pueblo.
Confío en la sabiduría de cada uno para tomar las decisiones correctas, y para darse cuenta quienes velan por el bienestar y la seguridad del pueblo, y quienes velan por su propio bienestar y seguridad.
El objetivo primordial hoy en día es instruir a la sociedad. Construir un país de gente pensante, capaz de hacer valer sus derechos por si mismos, que no pueda ser llevada por encima por algún que otro corrupto que intente aprovecharse de las desventajas de su propio pueblo.
No queremos más deKadencia.

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