martes, 2 de septiembre de 2008

Mera quimera

De repente te vi acercándote hacia mi. Sentía que mi pecho explotaba de sensaciones confusas, hermosas, dolorosas. Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo al momento de saludarte. Tu tranquilidad me conmueve.
Con sencillas palabras llenaste mis oídos, y casi sin querer tuve que reír. Me impresiona mi torpeza cuando estás acá, tan cerca de mí, de mi alma, de mis latidos (que son tuyos).
Imagino tantas veces situaciones en las que logro decirte algo sobre todo esto, pero nada de eso me sirve llegado el momento. Todo parece un sueño, y en él floto hasta tus brazos.
Recuerdos que no existen llegan hasta mi mente, y sólo sonrío al pensar que estás ahí y no lo sabes. ¿Nunca lo sabrás? Todo está en mi, lo sé.
Y nuevamente te vas. Te sigo con la mirada, disimuladamente, hasta que desapareces. Ya habrá oportunidad.-

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